Ser cristiano, en la verdad, es ser alguien que, mediante su forma de vivir, adorar y seguir a Dios, busca ser como Cristo en todo. Así, también en la oración, un verdadero cristiano busca esta semejanza con Cristo.
Vamos a meditar...
Veamos cómo actuó Cristo al orar:
"Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba."
(Lucas 5:16)
"Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,"
(Lucas 22:41)
"Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba."
(Marcos 1:35)
Por lo tanto, al igual que Cristo, procuremos separarnos de todo y de todos temprano cada día, cerrando nuestras puertas a cualquier ruido y posible distracción, y orando al PADRE en secreto. De igual manera, oremos diariamente DE RODILLAS, humillándonos en sumisión, adorando, agradeciendo y pidiendo en la presencia de Dios Todopoderoso, en el nombre del Señor Jesús.
El apóstol Pablo también oraba de rodillas, incluso en presencia de sus hermanos. Está escrito:
"Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos."
(Hechos 20:36)
Por eso, ¡cada vez más, arrodillémonos y oremos a nuestro PADRE!